La Organización de las Naciones Unidas ha declarado 2021 como el Año Internacional de la Paz y la Confianza y por ello, el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa (Madrid) ha organizado un ciclo de Teatro y Derechos Humanos del 13 de enero al 14 de febrero, de miércoles a domingo, con espectáculos que reflexionan sobre la violencia y la guerra. Ésta es la iniciativa de Madrid Destino, celebrar con teatro un año que es posible sea muy similar al anterior. 

Sí, parecido, posiblemente, pero con una diferencia: hemos podido comprobar que el teatro es un lugar seguro. Siendo la Cultura una gran perjudicada de esta pandemia, hoy podemos decir orgullosos y orgullosas que no hemos sufrido ningún contagio dentro de un teatro en la Provincia de Alicante. No se me ocurre mejor noticia que la de un teatro sin contagios y seguro. 

 “Recuperaremos nuestra confianza en la ficción, ya que ofrece una respuesta mejor al mundo actual” decía el verano pasado Tiago Rodrigues, director del Teatro Nacional Maria II de Lisboa, para el periódico La Vanguardia. Confianza para accionar con responsabilidad y seguir llenando las butacas de nuestra Provincia. 

El público se ha ido acostumbrando a los tiempos de espera, al aforo limitado así como las actrices y actores a no ver las sonrisas de los espectadores y espectadoras. Emoción tras emoción hemos ido adaptándonos a esta “normalidad”. Sigamos, desde la responsabilidad individual, reactivando el sector y disfrutando de la cultura en vivo ya que se ha demostrado que somos capaces de mantener un espacio cultural seguro. 

 “El teatro se tiene que convertir en un lugar de pensamiento, donde tejer alianzas con otras disciplinas. Debemos hacerlo ahora. Y hace falta valentía”. Así concluía la entrevista de Emmanuel Demarcy-Mota, director del Théâtre de la Ville de París. Nos habla de la adaptación a nuevas disciplinas del teatro, de la cohesión entre profesiones ajenos al sector para inventar nuevas formas de existencia del acto teatral. 

Y es que el teatro tiene ese “pesar” hecho virtud, ese don de la adaptación al medio, al espacio, a la condición climatológica o muchas veces hasta dramatúrgica en función de las necesidades de la compañía; en definitiva, la necesidad de coexistencia en su entorno, sea el que sea. Y sí,  hemos visto nuevamente cómo las artes escénicas han podido adaptarse a dicha situación saliendo a flote aún con los tres meses de 2020 de apagón teatral. 

La reactivación está en todos y todas y así debe ser. Así que, mucha paz y mucha confianza en las artes escénicas ya que, como sabemos, no es sólo segura sino necesaria para enriquecernos y convivir mejor. 

Feliz 2021 a todos y todas.